El coste del seguro, uno de los factores que frenan al coche eléctrico

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Todos los fabricantes de automóviles están volcando una gran cantidad de recursos, en la investigación de tecnología necesaria para que se puedan producir lo antes posible y en serie, los coches eléctricos.

Sin embargo, se encuentran con un problema para el que no tienen una solución directa o dependiente de sus decisiones y es el coste que suponen para el conductor.

Mientras que el precio final del vehículo sí es controlado exclusivamente por la marca o el concesionario de cada operación, se quedan fuera demasiadas variables, siendo el coste del seguro una de las más importantes.

El seguro es hasta un 30% más caro

Uno de los principales obstáculos en este sentido es el importe necesario para cubrir el seguro, que en la mayoría de ocasiones puede llegar a ser un 30% más caro que el coche a gasolina. Esta diferencia echa por tierra todos los ahorros y ventajas que un coche eléctrico presenta en su carta de presentación.

Obviamente no es el único factor decisivo. La ausencia de ayudas estatales, la cantidad que debe pagarse en impuestos y la nula productividad económica que genera conducir uno con batería autónoma, terminan destruyendo todos los beneficios económicos extraídos del ahorro de comprar un vehículo eléctrico, bajo el argumento de que no es necesario gasolina.

Unos gastos mal distribuidos

De hecho, es cierto que los coches eléctricos presenten problemas energéticos diferentes, pero en muchos casos los mecánicos abarcan toda la problemática, sin limitarse a donde en realidad está el verdadero problema, consiguiendo con ello un aumento del coste de la reparación importante.

Las mismas aseguradoras deben evolucionar en este sector. Uno de los propósitos que podría acometerse a corto plazo es el relativo a seguros específicos a funciones o partes concretas de los coches eléctricos.

Ya que los tradicionales no abarcan de forma óptima cada problema mecánico que pueda surgir, servicios adicionales de seguros para coches exclusivamente eléctricos, no sólo minimizaría los costes de reparaciones tanto para cliente como para aseguradoras, sino que también supondría una reducción del importe final del seguro en comparación a la oferta actual.

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