“Todo conectado” es el lema por el que el avance hacia el Internet de las Cosas se mantiene imparable en todos los sectores de la sociedad. Sin embargo, muchos entornos empresariales y económicos están comenzando a plantearse o, incluso, a experimentar las consecuencias de la llegada de las nuevas tecnologías del siglo XXI. Y el sector asegurador no es una excepción. Estos son algunos de los ámbitos que deberá o que ya está intentando abarcar de forma óptima:
Los coches autónomos
Uno de los temas más polémicos corresponde a los coches autónomos, todavía en desarrollo pero que, sin embargo, están desarrollando pruebas en distintas ciudades de todo el mundo. Al haberse producido los primeros accidentes incluso con víctimas mortales, la responsabilidad de cada incidente, así como la cobertura de la que debe responsabilizarse es todavía objeto de estudio.
Los drones
La tecnología de drones está desarrollada desde hace años. Sin embargo, se desconoce tanto sobre su potencial y supone un peligro tan importante para personas, infraestructuras e incluso medios de transporte, que la ley ha optado por limitar considerablemente su uso.
Para permitir la evolución del sector el sector asegurador es clave, dado que tendrá que afrontar una gran cantidad de situaciones que son completamente nuevas para la sociedad, aunque antes deberá contar con el apoyo legislativo.
El insurtech
Insurtech es el término que identifica la inversión financiera en operaciones digitales que, exclusivamente, tengan que ver con el sector asegurador. Aquí entra en juego el pago mediante blockchain y unas relaciones entre aseguradoras, empresas y usuarios completamente nuevas. Las aseguradoras deberán afrontar nuevos modelos de negocio completamente nuevos y sistemas tecnológicos todavía ni siquiera definidos.
Las apps colaborativas
Uno de los desarrollos más avanzados es el de las apps colaborativas como Uber y compañía. Las aseguradoras con respecto a estas aplicaciones descargables se enfrentan a situaciones comerciales y contractuales completamente nuevas, en las que ni siquiera está definido legalmente el negocio, algo que en algunos países ha provocado conflictos de todo tipo. Un verdadero reto para el mercado asegurador.
